De violencias

Me costó un montón entender que la palabra que representaba mi sentimiento era "violencia". Años de sentirme violentada pero de creer que no, que a mi no me pasaba. Un grado de invisibilización tan grande que ni se me ocurrió. Todavía hoy después de tanta calle, de tanto bardo, de tanto grito, fuego, movilización,  queja, denuncia, reclamo, fiesta, encuentro y discusiones, todavía hoy me cuesta decir que me siento violentada. 
Creo que me cuesta decirlo porque me siento y me he sentido violentada en los ámbitos más diversos. En la facultad de psicología me siento cotidianamente violentada al enfrentarme con un conocimiento que me niega, me inhabilita, me patologiza y por supuesto que me borra como posible, mi vida no es posible de ser vivida, mi forma no es modo de habitar este mundo. Nunca había podido tomar consciencia de la dimensión de ese sentimiento, tantas veces sentido. Nunca había podido ponerle la palabra "violencia". 
Creo que en mi recorrido como militante siempre me pensé como una privilegiada, por mi origen, mi formación, mis posibilidades, siempre las violencias eran las sufridas por lxs demás. Me costó mucho entender la violencia ejercida sobre mi, pero aún así creo que no logré dimensionarla. 
Me costó y me cuesta mucho pensar en lo que me genera que algunas lesbianas me digan que la bisexualidad no existe, que en realidad todavía no me animo a salir del closet. Me costó mucho darme cuenta de que esa imposibilidad de hablar frente a mis amigxs tenía que ver con cierta violencia y una fobia internalizada. Aclaro que mi uso de la palabra "bisexual" es meramente estratégico, en tanto representa un binomio varón-mujer, yo no me reivindico nunca como bisexual, pero es cierto que en este momento me es necesario utilizar ese término ya que es el que circula en la jerga de la "diversidad" ("pansexual" sería más representativo para mi pero no figura en la sigla LGTTTBIQ).
En los espacios en los que he circulado siempre he sentido que la bisexualidad se nombraba como para ser políticamente correctxs, nunca me sentí realmente incluida ni representada. En otros espacios, peores a mi entender, la bisexualidad es pensada como "amor a todxs lxs seres humanes", "sin distinción de género ni sexo". Ésta última concepción me parece una verdadera mierda, cómo si pudiéramos vivir sin estar atravezadxs por distinciones de género, como si estuviésemos por fuera de límites identitarios, desgenerizadxs. Para mi es imposible, nuestra identidad y nuestro deseo están totalmente atravesados por la sexualidad, y creer que amamos a "personas" como si la existencia no dependiera de las categorías de género  me parece ridículo. 
Y además la violencia de la heteronorma, sufrida desde siempre, combatida desde no hace tanto. Esa que ejerció mi psicóloga cuando me dijo que yo en realidad también tenía deseo un novio, una pareja estable con salidas al cine y cenas de parejas, proyectos de familia e hijos. A mi me destruyó. Enfrentarse constantemente con la institución de la pareja es un gasto energético enorme. Que la gente piense que una pelea contra ese modo de establecer los vínculos amorosos porque "en realidad" una lo desea. Lógica de mierda que me hizo derramar millones de lágrimas. Argumento básico que alcanzó para cerrarme la boca y no decir más.
La violencia más fuerte es esa, la que liga el amor a la pareja y la soledad a la falta de ésta. La que liga al sexo con lo banal y al amor a lo profundo. Yo no he vivido más que hipocresía en lo relacionado a las parejas, y siempre fui muy sincera en el sexo (algún que otro orgasmo fingido pero de piola que soy). "Violencia es mentir" como dijo alguien, y cojer con quien se me cante no es falta de amor propio, es todo lo contrario, es un gran deseo de compartirse.
Creo, finalmente, que este texto surge de una gran necesidad personal y política (gracias feminismo, por supuesto) de fortalecerme, de encontrarme con más amiges, de emponderarme, de recargarme para seguir, porque los enfrentamientos son permanentes cuando se elije la disidencia como forma de habitar el mundo, y no hay cuerpo que aguante sin amiges. 



me conociste en un mes romántico
no te preocupes, ya se me pasó
fue un micro-segundo en mi vida

también fue un micro-segundo lo que duró el cruce de nuestras miradas hoy
un micro-segundo alcanzó
para que me abras de nuevo
y me dejes temblando
y helada.
puedo sentir el peso de tu cuerpo
no lo puedo evitar
intento estudiar pero no puedo parar de pensar en el peso de tu cuerpo sobre el mío
en tu contextura
en tu complejidad
en tu suavidad
en tu fuerza

no lo puedo evitar
me desperté en la mitad de la noche con la clara sensación de tu cuerpo sobre el mío

y después de varias horas despierta
sigo
con esa sensación del peso de tu cuerpo sobre el mío

Despechada

el domingo quedó en un intento
un intento de salir
un intento de estudiar
un intento de inventar
un intento de encontrar

los domingos suelen quedar en intentos
intento de superar la resaca y hacer como si nada

la noche casi que también fue un intento
pero tuyo, no mio
quedaste opacado lindo
(si, puedo ser re despechada)

yo intento superar
intento buscar
pero anoche no te busqué
te superé
y yo me daba cuenta de que me mirabas y me sentía una reina

ay lindo...
hacé la fila, porque te falta un montón.


tengo la uñas pintadas como la última vez que te vi
amarillas y negras
y te dije "mirá mis uñas"
"re piolas" me contestaste

¿habré sido consciente en algún lado, en algún momento, de que me estaba pintando las uñas de amarillo y negro, igual que la última vez que te vi?

otra pregunta
¿sabés la cantidad de veces que desaparecieron personas en mi vida?
que se esfumaron, se fuero, se borraron
así sin más
sin una puta explicación
sin una palabra, un dato, una pista
igual creo que no hace falta que te explique lo que es desaparecer
desaparecer así como lo hiciste vos
así exactamente.

voy a tener que hacerle caso a la bruja
que me dijo que el amor no iba a llegar todavía
y dejarme de joder con intentos que me hunden.