Estoy transpirada y tengo frío
una especie de angustia relajada
de un sentimiento sincero, real y concreto:
ganas de verte.


A veces es sólo la belleza.
Ya no espero.
Se me hace patente la necesidad de nuevos lazos

y de cambio

desde los pies que me duelen
la panza que me cruje
las manos que me tiemblan
y la cabeza que me pide un hombro.
Esta nueva dimensión del miedo me está matando y fortaleciendo lentamente.
Lloré mientras lavaba los platos
para no perder tiempo.

Caliento la comida mientras escribo este poema
con el mismo criterio.




En esta especie de fobia social que estoy atravesando todos mis poemas son para mi gata Mora.


Cuando tengo miedo la miro a mi gata
y sé que no pasa nada.
Este tema
esta brisa
la belleza.
No flasheo con "el mundo", que no sé en dónde está ni cómo es
tengo suficiente con "mi mundo".
Con el viento se escuchan otras cosas.
No puedo tener fantasías con gente real.
Algún día quiero ser una selva.