Invitación a una fuga del control y del disciplinamiento

Desde que leí a Tiqqun quiero que todo sea un llamamiento
un aullido vibrante que nos convoque
que nos imante
que nos corra de eje
que nos saque de la inercia de nuestros desplazamientos
un llamado al que no podamos resistirnos
que nos tironee desde el pecho

este es un llamado a colectivizar el cuerpo
no más cuerpo-volumen, cuerpo-frontera, cuerpo-territorio
si más cuerpo-masa, cuerpo-acción, cuerpo-pujante

un llamado a colectivizar nuestra historia
no más héroes, guías, referentes
si más redes, tejidos, superficies...

La resistencia está en poder gestionarnos fugas colectivas al placer
en medio de tanta tristeza
en medio de este ritmo de vida que nos está cagando a palos.

Fugar hacia una poesía de guerra
porque flashear que amor y guerra se contraponen es una pelotudez,
una poesía de guerra
que le dé un lugar
a nuestras pasiones alegres y combativas.