No hizo falta robarle la bufanda, se quedó en mi cama.
En un momento nos despertamos por el sonido de un globo que se reventó (los vestigios de la noche anterior), nos miramos, nos besamos lento, dormidos y dije, y era verdad, "soñé que tenías dos bufandas" y vos me contestaste "así no volvería". Te miré sorprendida por tu "interpretación" claramente acertada sin conocerme. "Me cagaste" te dije risueña, "voy a volver igual tonta" me dijiste consolándome y me apretaste contra tu pecho, hermoso pecho (ayy... me quedaría besándote toda la noche).
No te diste cuenta de lo que habías hecho. Hiciste palabra mi miedo y mi deseo al mismo tiempo.
Y yo ahora tiemblo pensando en lo desnuda que me dejaste.