la cantidad de veces que fantaseé con encontrarte de casualidad
en esa esquina por donde caminamos una vez y me agarraste la mano
en ese banco donde vimos el atardecer después de una tormenta
en esa cuadra donde sé que está tu casa
en esa casa donde sé que te juntás con tus amigos
en ese bar en donde nos conocimos
en esa vereda que está hecha mierda por donde volvimos esa noche de la cual tengo muy pocos recuerdos...

pero eso nunca paso
y hoy te encontré de casualidad en el supermercado chino
(nunca un lugar menos romántico)
yo, con la cara destruida por el resfrío, sosteniendo un paquete de salchichas
y vos no sé
ya no me importabas.