es como si hubiese pasado mucho tiempo sin llorar
ganas de llorar que vienen y se van
por momentos parecen desesperadas
urgentes
indispensables
y segundos después se van
queda una sensación un tanto disfrazada
una fuerza reprimida
explotando en cada rincón del cuerpo
instalada
se hace imposible moverse
el esfuerzo más grande es mover la lapicera
es como si el cuerpo me castigara por no haberme permitido llorar
deshecha
creo haber descubierto algo que no quería
no sé si es un deseo o una limitación
no sé cuál me duele
o si son las dos.