Amante

Por primera vez puse el título antes de empezar a escribir. Pero es la palabra fundamental y ya se que me voy a cansar de repetirla. "Amante". Eso soy, una amante.
El placer que siento por haber resignificado esa palabra no tiene nombre.
Porque ser amante no es, como vulgarmente se utiliza la palabra, ser una persona que mantiene una relación con otra que está comprometida, casada, en pareja o lo que fuere.
Siempre me costo definir que es ser una amante en este sentido. Porque yo soy la amante de un tipo que está casado, pero él ¿qué es mio? yo también lo defino como amante, nada más que yo lo defino como uno de mis tantos y tantas amantes (no quiero que esto se entienda ni en términos de posesión, porque no soy dueña de nadie, ni en términos de que tengo un levante impresionante y mantengo muchísimas relaciones de este tipo, es sólo con fines poéticos).
Pero el punto es que me dí cuenta, y se lo agradezco profundamente a mi terapia, que amante en realidad significa otra cosa. Literalmente amante es una persona que ama.
Y yo soy una amante, porque yo amo. Pero como mi amor es diferente nadie lo entiende y me piensan como incapaz de amar, porque mi amor es disidente, es desobediente, es transgresor.
Porque el amor es un deseo. Porque el amor es un sentimiento que por lo menos en mi es imposible que se limite a una persona. mi amor es mucho más grande.
Haber aprendido que el amor no sólo es en pareja. Haber aprendido que yo no quiero una pareja, y muchos menos si esa pareja es heterosexual, heteronormativa, reproductora, opresora, aburrida, restrictiva.
Gracias terapia nuevamente por ayudarme a aceptar que mi deseo es diferente, y eso no está mal.
Soy una amante y eso es irreversible, porque este placer del fluir libre de mi deseo no se negocia.